RUTA DE LAS YEGUAS - Recinto

Recinto Ganadero

La tradición de la Saca de las Yeguas ha sufrido evidentes cambios inherentes a toda evolución social, aunque sin prostituir su esencia. Desde hace más de tres décadas los animales son llevados al recinto ganadero habilitado por el Ayuntamiento de Almonte, donde los yegüerizos desarrollan las labores de “tuza”. Con el corte y adecentamiento de las crines las yeguas y potros pierden su ‘huella’ salvaje, labor realizada para la sanidad de los animales, ya que evita los pasitos. El corte en el pelo de la cola se realiza en forma de escoba, pelando la parte superior para facilitar la cubrición y tronzando la punta a la altura de los garrones. Por el contrario, a los más jóvenes se les pela el rabo entero.

Los animales excedentes que no pueden volver a la marisma son puestos a su venta en los prolegómenos de la Fiesta de San Pedro.

Con anterioridad, las miles de bestias que arribaban al municipio tenían que ser “cobijadas en las propias bodegas o las casas, donde se ponía una estera en el suelo para que los equinos no rompieran las losas y pasaran a los patios de las casas donde se ubicaban las cuadras”. Allí el proceso de corte de crines y marcado de ganado tenía que practicarse agarrando al animal y tirándole al suelo, al carecer de un toril que mantuviera inmóvil al animal. Esta práctica encuentra sus paralelismos con “la Rapada de las Bestias”, una tradición que lleva a cabo en La Estrada, municipio gallego con quien Almonte se hermanó hace años. En las tierras del norte los jinetes han de abalanzarse sobre los equinos a fin de cortarles las crines y arrebatarle su icono salvaje, un símbolo de la superioridad física del hombre con el que este despoja al animal de sus señas de libertad.


 

RUTA DE LAS YEGUAS

Entrada en Almonte