La costa de Huelva se caracterizan por su amplitud, tranquilidad, pero especialmente por sus finas y blancas arenas. En ella, se intercalan playas de mayor desarrollo turístico, y otras que constituyen un paraíso para los amantes de la tranquilidad y de la naturaleza. Dunas, acantilados y limpias aguas definen el paisaje de estas costas infinitas. Almonte cuenta con playas para diferentes preferencias; así, unas más urbanizadas como Matalascañas o Torre La Higuera y otras más solitarias como Playa de Castilla o El Asperillo.

La urbanización playa de Matalascañas es una de las más conocidas de la provincia por ser uno de los principales focos de turismo de sol y playa, siendo la de mayor capacidad hotelera de la Costa de Huelva. Cuenta con una zona urbanizada, muy bien equipada. Desde ella, se pueden visitar otros puntos de la comarca como El Rocío o Doñana.

Debido a su calidad, ha sido consecutivamente, la Bandera Azul desde al año 1993. Vecinas a Matalascañas, se encuentran las inmensas playas del Parque Nacional de Doñana.

A continuación de la playa de Matalascañas, se encuentra Torre La Higuera, playa que recibe este nombre por la enorme peña que aflora en su orilla. Esta roca es el último resto que queda de una de las torres almenaras que se distribuyen a lo largo de la costa onubense. Cuenta con todo tipo de servicios e infraestructuras para el disfrute del baño.

Localizada en el Parque Natural Entorno de Doñana, la playa de Castilla es una playa de acantilados muy abruptos e inmensas dimensiones, donde habitualmente se practica el nudismo.

A esta playa se accede a través de una pasarela de madera que discurre desde el aparcamiento. Se trata de un agradable paseo para los amantes de la naturaleza, ya que cuenta con un camino de 1,5 Km aproximadamente, que se extiende por las dunas colonizadas por pinos y matorral mediterráneo. En ellas, podemos observar la presencia de la camarina (Corema album), una especie de flora que solamente se da en algunos puntos de la costa atlántica, cuyos blancos frutos que se asemejan a las perlas, sirven de alimento a numerosas especies faunísticas.

Se trata de una playa virgen, continuación de la playa del Asperillo, a la que hay que acceder a pie. No cuenta con equipamiento, pues se trata de una solitaria playa en la que se puede disfrutar de una enorme tranquilidad.