La Asociación para la Prevención y Estudios de las Toxicomanías y Adicciones (Apret Almonte), la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados (Alcón), la Asociación contra el cáncer ( Adelante) el Centro de Especialidades Médicas (Cesmed), el Centro de Salud y el Ayuntamiento de Almonte, organizan actividades de conmemoración para el Día Mundial Sin Alcohol .

La Plaza Virgen del Rocío ,de Almonte, acoge este viernes, 13 de noviembre, la conmemoración del Día Mundial Sin Alcohol. Desde las 18.00 h, se repartirán distintas variedades de cócteles sin alcohol, con objeto de proporcionar a la población, y sobre todo a nuestros jóvenes, otro tipo de bebidas no alcohólicas sabrosas que deleitar.

Este refrigerio podrá disfrutarse mientras se visualiza la proyección de un cortometraje acerca de los riesgos y factores que confluyen en el consumo abusivo de alcohol.

Las personas interesadas podrán informarse y sensibilizarse sobre dichos riesgos en un stand informativo, donde además, se hará un sondeo a la población acerca de su opinión y consumo de alcohol.

                     “EL ALCOHOL ES UNA DROGA”

Según información facilitada por los organizadores “el alcohol es una droga. Reduce la capacidad de la persona para pensar de forma racional y distorsiona su capacidad de juicio. Aunque se clasifica como una sustancia depresiva, la cantidad de alcohol que se consume determina el tipo de efecto que tiene. Muchas personas beben alcohol por el efecto estimulante, como es el caso de una cerveza o un vaso de vino que se toman para “animarse”. Pero, si una persona consume más alcohol del que su cuerpo puede tolerar, entonces experimentará el efecto depresivo del alcohol. Empezará a perder la coordinación y el control, entre otros muchos efectos.

Una persona joven no tolera el alcohol de la misma forma en que puede hacerlo un adulto. En la adolescencia el cerebro aún se encuentra en desarrollo, por lo que el consumo de alcohol puede provocar daños irreparables en las funciones de la memoria, capacidad motora y coordinación.

Los estudios corroboran que nuestros jóvenes comienzan a beber alcohol antes de los 15 años, teniendo cuatro veces más posibilidades de desarrollar una dependencia al alcohol que un adulto de 22 años.

Más información aquí